Se deben observar todas las entradas al edificio las 24 horas. Todos los ingresos, tanto de peatones como de autos (que suelen ser de más fácil acceso) deben estar bajo control.
También es bueno que haya un registro por escrito de los propietarios que entran y salen del edificio. Eso hace que el personal este más atento y también colabora al cuidado personal de los propietarios.
Cámaras y espejos. Se deben complementar los elementos físicos y técnicos. Lo aconsejable es un mínimo circuito de cámaras y espejos retrovisores para controlar el movimiento que se da en la vereda. Es aconsejable que todos los vecinos tengan acceso a las imágenes a través de sus televisores. Las cámaras de seguridad también funcionan como un elemento disuasivo, ya que los delincuentes saben que podrían ser identificados.
Asegurar la prohibición de ingreso a extraños. La puerta no debe tener portero eléctrico, que permita que un propietario abra desde su departamento. Al momento de ingresar al edificio, no hay que dejar pasar a nadie si no se tiene la seguridad de que se trata de un vecino.
El guardia de vigilancia no debe abrir a nadie que no haya tocado el portero. Lo óptimo es que los propietarios reciban a su visita en la entrada, o contar con un sistema para poder autorizar al personal de seguridad la apertura de la puerta.
Tener cuidado con los “cuentos” que suelen ser habituales con las personas mayores. Algunas de las modalidades son hacerse pasar por un conocido, tirar agua debajo de la puerta o gritar que hubo un escape de gas para que el vecino abra.
Contar con la cerradura adecuada en la puerta de entrada. Si roban la llave a algún propietario, se debe cambiar la combinación de la puerta de entrada aunque obligue hacer llaves nuevas para todos los propietarios, y hacer la denuncia. Tener especial cuidado a la mañana, al momento de la limpieza, cuando la puerta suele quedar abierta.
Coordinar un sistema de alerta.
Es prudente instalar un botón antipático en los principales espacios comunes del edificio. Es importante contar con un sistema coordinado entre los vecinos para poder hacer la denuncia al 110, número de la policía, ante un comportamiento sospechoso. La solidaridad entre los vecinos es fundamental.